ETIQUETAS
No, no me gustan las etiquetas, me declaro fan de la gente sin límites, las personas que se equivocan y lo reconocen, esas personas que por mucho que les rompan el corazón siguen adelante sin preocuparse de lo que vendrá, que sufren, que ríen y disfrutan de cada uno de los momentos de su vida sin necesidad de etiquetas. De este concepto nace Indiana, un personaje al que me gustaría parecerme algún día.
Es una mujer que siente cada una de las palabras que dice, que no etiqueta. Porque no todo tiene una respuesta, ni una lógica, ni siquiera existe un sentido que explique nada de lo que nos pueda pasar. Una mujer que me gustaría, sirviese de ejemplo para nosotras chicas, porque si algo he aprendido hasta ahora es que por muchas campañas que hagan predicando que te quieras a ti misma, o por muchas agendas con mensajes positivos y de colores guays que tengamos, no nos sirven de nada si vendemos a precio de saldo nuestra autoestima. Si te pones guapa que sea por y para ti, y si te arreglas un día, que sea por ti, si hay alguien que se merezca ser feliz eres tú, estoy segura.
Espero que los hombres me perdonen en este blog, habrá tiempo para vosotros más adelante, pero es que últimamente me he dado cuenta de que las etiquetas están más que a la orden del día y creo que a las mujeres nos afectan infinitamente más.
En mi opinión, ninguna de nosotras necesita ser salvada, ni que vengáis en un caballo blanco y habléis como si os hubieseis chutado una dosis casi mortal de purpurina, necesitamos que nos quieran y que nos valoren, y no es un discurso feminista, al menos, esa no es mi intención, pero sí que es una llamada a la cordura. Ni siquiera estoy hablando de amor, hablo de amistad, de la pasión de una noche, o de varias…
Sinceramente no busco culpables, creo que el problema es el escepticismo, el miedo a sentir y los límites que nos ponemos nosotros mismos. Leí hace poco un post en Facebook que decía así: “Un día voy a escribir todo lo que siento, y vas a leerlo y a preguntarte si se trata de ti, y probablemente sí, pero posiblemente ya no”. Me pareció tan genial que necesitaba compartirlo con vosotros, porque describe increíblemente bien cualquier tipo de relación que podáis imaginar, dedicarle unos segundos de reflexión porque merece la pena.
En definitiva, creo que todos deberíamos ser un poquito más a nuestra manera y dejar de hacer caso a las etiquetas, porque no hay mejor enemigo que el que te conoce de pies a cabeza y…¿Quién te conoce mejor que tú mismo?
Piensa en ello,